El Antiguo Palacio Real de Valladolid está situado en la plaza de San Pablo, en la parte norte del barrio antiguo de Valladolid. Fue construido en el siglo XVI, a partir de un proyecto del arquitecto Luis de Vega, siguiendo el estilo arquitectónico renacentista, propio de la época. Era la residencia oficial de la Familia Real española entre los años 1601 y 1606, y en los siglos XVII y XVIII se le efectuaron diversas obras de ampliación y reforma.
En la actualidad está destinado a sede de la Capitanía General de Valladolid. Se permiten visitas guiadas de grupos cada día a las 12 h, solicitándolo con antelación. La majestuosa fachada principal es de una gran extensión, con una altura de planta baja y dos plantas altas, y una torre cuadrada en cada extremo, de una planta más que el cuerpo central. El paramento general está pintado en tonos beige, y los elementos resaltados se han terminado en color blanco, lo que proporciona una elegante combinación cromática y destaca los volúmenes de las cornisas, las columnas, los capiteles, los enmarcados de los ventanales y el despiece de la planta baja componiendo listados horizontales. En la planta principal, el primer piso, aparece una hilera de grandes ventanales rectangulares, franqueados por columnas y coronadas por un frontón, a imagen y semejanza de las normas de composición de la arquitectura clásica griega y romana, con los ordenes dórico, jónico y corintio. El ventanal situado en el centro, sobre la puerta principal, está coronado con un frontón de dimensiones mucho mayores que los demás, para dotar al conjunto de una simetría de líneas de gran belleza clásica.
Su disposición en tres plantas demuestra una influencia herreriana, propia de este estilo arquitectónico de la última etapa del periodo renacentista en España, durante las últimas décadas del siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II. El estilo herreriano se caracterizó por su depuración ornamental, su evidente pureza clásica y su desnudez decorativa. En el interior del palacio merece ser visitado el gran patio central, rodeado por dos plantas de bellas galerías, con dos hileras de esbeltos arcos carpaneles, y cubiertas con interesantes artesonados del siglo XVII.
También son elementos de importancia la imponente escalinata de acceso a la planta principal desde el patio, el salón del trono, la capilla, y la Galería de los Príncipes de Saboya.
